Las suspensiones, aunque son una de las partes más importantes e influyentes de una moto, no solemos prestarle la atención que necesitan. Muchos de nosotros pensamos que sólo los neumáticos están en contacto con el suelo, y sin embargo son las suspensiones las que se encargan de hacer de nexo de unión entre ellos y el resto de la moto, proporcionándonos no sólo en confort que creemos, sino la seguridad que necesitamos.

La suspensión es la encargada de absorber y filtrar todas las irregularidades del terreno para que no se transmitan al resto de la moto, y aunque esto, como pilotos, lo sentimos como un alivio, nuestro cuerpo deja de recibir los fuertes impactos al pasar sobre baches o badenes, realmente en lo que se traduce es en estabilidad. Las suspensiones hacen que la moto mantenga un comportamiento estable, aplomado y libre de movimientos, y esto es lo que permite que la circulación sea segura. Son, en definitiva, las encargas de que ambas ruedas estén siempre en contacto con la tierra o el asfalto.

Pero entonces, ¿Por qué siempre que pensamos en poner a punto nuestra moto revisamos el estado de los neumáticos, del aceite o de los frenos, o buscamos ese escape que nos haga ganar un poquito de potencia, esas piezas que aligeran el peso de la moto, un asiento que ofrezca un mejor agarre, o unos adhesivos que nos hagan parecer unos auténticos profesionales? ¿Qué pasa entonces con las suspensiones?

Seamos sinceros, la mayoría de nosotros de entrada nunca pensamos en las suspensiones y dejamos las que vienen de serie. No las ajustamos, revisamos, o cuidamos. Y no nos damos cuenta que, unas buenas suspensiones no sólo nos harán ir más rápido, sino que además nos aportarán una serie de factores cuantificables que harán que nuestra moto no vuelva a ser la misma, y que nosotros pensemos que hemos estado practicando otro deporte todo este tiempo.

Mejores sensaciones. La sensibilidad aumenta, lo que se traduce en una mayor confianza a la hora de afrontar cualquier desnivel, bache o rodera.

Mayor progresividad. Las suspensiones pasarán a ser mucho más eficaces, perdiendo ese toque brusco que nos permitirá una reacción de la moto más previsible, haciendo que todo sea mucho más fácil.

Más agarre. Es uno de los factores que más puede llegar a sorprendernos. Una suspensión que trabaje bien no sólo va a absorber los baches, ayudarnos en rampas o en las recepciones de los saltos, sino que también nos darán un extra de tracción en la rueda trasera que agradeceremos en muchos momentos, y también nos ofrecerá más agarre en el tren delantero, dándonos más posibilidades de apurar e ir incrementando el ritmo sin poner demasiado de nuestra parte.

Más ligereza. Aunque realmente no es lo más importante a la hora de elegir unas suspensiones de primer nivel, nos podemos encontrar con que en la báscula la moto haya reducido algunos gramos. Pero es que además esa ligereza la vamos a notar en la moto, ya que ganará aplomo y se mostrará más reactiva a nuestras órdenes, lo que nos hará ganar bastante confianza a la hora de pilotarla.

Todos los puntos anteriores se resumen en una mejor respuesta general de la moto, ya que con unas suspensiones de calidad obtendremos una mayor prestación en todos los ámbitos, y esto nos hará ganar confianza y, ante todo, seguridad.

Por tanto, no te lo pienses. Realiza siempre una revisión completa y un correcto mantenimiento de tus suspensiones, y no sólo tu moto lo agradecerá, tu también notarás la diferencia.

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